«La cabeza es redonda para poder cambiar el sentido de las ideas» Anónimo.
Vamos a tratar de arrojar un poco de luz sobre una patología muy extendida y quizás poco tratada en nuestras salas de fisioterapia. Vamos a ver cuales son las causas del bruxismo, tanto del diurno como del nocturno, y así poder cambiar nuestra forma de ver tanto la patología como la tradicional forma de tratamiento.
Una patología nocturna, que ahora también es diurna, y que se debe tratar con fisioterapia día y noche.
Por la noche cuando nuestro cerebro deja de estar en estado de alerta y entra en relajación, si la química cerebral, por varios motivos se modifica, esta fase se altera y surge el trastorno del bruxismo; que es el rechinamiento rítmico, involuntario o espasmódico no funcional de los dientes.
Esta alteración se produce durante las siguientes etapas del sueño: movimientos oculares rápidos y de transición. No vamos a entrar en profundidad en qué es lo que pasa a nivel de actividad cerebral durante estas etapas, pero vamos a resaltar que son los momentos en los cuales nosotros estamos descansando plenamente.
Como hemos dicho anteriormente si la química cerebral cambia, la vía extra piramidal (vía por la cual “viaja” la información para realizar una actividad) se activa y el resultado es la activación involuntaria de la musculatura. Y aquí entra nuestro primer terreno de actuación que luego más adelante detallaremos. Trabajaremos sobre determinada musculatura de la región cervi-cráneo-mandibular.
Por esta activación continúa y prolongada de la musculatura, la mandíbula se ocluye de forma repetida y nuestros dientes chocan entre sí. Debido a la activación prolongada de la musculatura, los puntos gatillos miofasciales se activan y la mecánica articular se modifica.
Pero sí que es cierto que aún no tenemos un diagnóstico certero respecto a la etiología y fisiopatología del bruxismo. Por lo que desde la ciencia surgen teorías que correlacionan alteraciones psicológicas, sociológicas, neurológicas y morfológicas que pueden producir esa alteración de nuestra química cerebral.
Así pues, la actuación fisioterápica abordará la patología bajo el modelo bio-psico-social. Como realizamos con cualquier patología, la historia clínica nos ofrecerá mucha información de la causalidad del bruxismo. Procederemos después de un buen razonamiento clínico a realizar una exploración de las partes que nosotros pensamos (siempre elaboramos hipótesis) que están involucradas.
Las diferentes partes que desde el campo de la fisiopatología pueden estar dañadas serán las siguientes:
- Musculatura de la cara, boca y parte posterior de la cabeza.
- Columna cervical y articulación temporomandibular.
Para tratar estas diferentes patologías relacionadas con el bruxismo tanto nocturno como diurno, vamos a utilizar las herramientas que nos proporciona la fisioterapia. Dichas herramientas van a servir para en primer lugar controlar la sintomatología que nos está produciendo ese “chirriamiento” de los dientes, así como la oclusión mantenida de nuestra mandíbula. Por lo tanto para reducir el dolor, que siempre es la primera preocupación en nuestros pacientes vamos a utilizar la terapia manual y el ejercicio terapéutico.
Desde la terapia manual vamos a poder abordar tanto las afecciones a nivel articular como muscular. Dentro de las variadas técnicas, para reducir los posibles dolores en la columna cervical encontramos las movilizaciones a baja velocidad de la columna cervical alta, el denominado complejo C0-C1-C2; en relación a la base del cráneo con las primeras dos vértebras cervicales. Para tratar la articulación temporomandibular, podremos emplear técnicas como la tracción mantenida de la rama mandibular. Mediante los ejercicios terapéuticos vamos a controlar la sintomatología tanto a nivel articular como muscular. Además de ser muy sencillos en su ejecución, la mayoría de ellos se hacen sin necesidad de emplear aparatos. Por lo tanto vamos a poder realizarlos en cualquier lugar y a cualquier hora; produciendo a la vez unos resultados inmediatos.
A nivel muscular, vamos a abordar las disfunciones mediante presión isquémica, estiramiento analítico o punción seca. Pero debemos saber, que la afección muscular siempre será una consecuencia de una causa primaria. Por lo tanto debemos hacerle saber a los pacientes, que su musculatura no es la causante del dolor, sino que se está viendo afectada por un problema de base que debemos de resolver con estrategias como la educación en dolor y el trabajo activo por parte de nuestros pacientes.
En segundo lugar, debemos informar al paciente que el bruxismo está causado por múltiples factores que algunos sabemos manejarlos desde la fisioterapia y otros dependen de otros profesionales sanitarios.
Desde la fisioterapia, recomendamos siempre la utilización del ejercicio terapéutico tanto en la sala de consulta, como fuera de ella. Es la herramienta más poderosa que tenemos, no solo actúa a nivel de relajar la musculatura involucrada en la oclusión mandibular, sino que actúa a nivel sistémico. Esto quiere decir que es un modulador del dolor global. Una de las estrategias que recomiendo a mis pacientes con bruxismo nocturno, es que en la medida de los posible, antes de meterse en la cama por la noche a descansar, realicen un trabajo de fuerza intenso durante dos minutos y luego realicen una batería de 4-6 ejercicios para mejorar la mecánica articular y favorecer la relajación de la musculatura.
Múltiples opciones para tratar una patología que queremos que nos deje de dar esos dolores de cabeza.
Así pues, el bruxismo es una patología multifactorial que todavía no sabemos con certeza cuál es su causa principal. Mediante la fisioterapia, vamos a conseguir manejar tanto el dolor que provoca ese chasquido de nuestros dientes y la oclusión mantenida de nuestra mandíbula tanto por la noche como por el día, así como las alteraciones biomecánicas tanto a nivel articular como muscular que se producen. No debemos olvidarnos de la educación terapéutica que siempre hay que realizar con nuestros pacientes, para explicarles de una manera sencilla y entendible el origen de sus problemas, así como también derivar a otros compañeros de la salud, para que el abordaje terapéutico sea multidisplinar y afrontar las otras posibles causas de este trastorno que nos quita el sueño.