¿Puede la resonancia magnética empeorar tu dolor?

“Culpar el dolor que sientes al primer hallazgo clínica que se vea en la prueba de imagen es como culpar de asesinato a la primera persona que sale en la foto del crimen” Álvaro Pinteño. En la actualidad el diagnóstico médico basado en las pruebas de imagen es por norma general lo que más peso tiene a la hora de encontrar una causa que produzca el dolor con el que la persona acude a la consulta médica.

No todo aparece en un fotograma de una prueba de imagen.

La medicina en el siglo XX avanzó en cuanto a la rapidez en sus diagnósticos por la mejora en las máquinas encargadas de realizar pruebas de imagen. Lo que al principio del siglo XX era un diagnóstico basado en los signos y síntomas que presentaban las personas que acudían a las consultas médicas cambio de manera radical para convertirse en diagnósticos basados en las pruebas de imagen.

En muchas ocasiones, las personas acuden a las consultas de los fisioterapeutas con una resonancia magnética, una radiografía o un tac. Y acusan de la severidad de su dolor a lo que se ha encontrado en la prueba de imagen. Pero, ¿podemos tomarnos la prueba diagnóstica como prueba gold standar para asegurar que lo que se puede evidenciar en dicha prueba es el causante real del dolor que padecemos?

La realidad difiere mucho de poder confirmar esto. Las pruebas de imagen no deberían ser las pruebas diagnósticas que nos confirmaran la hipótesis de nuestro razonamiento clínico.

Se que existen una gran cantidad de médicos que realizan una exploración exhaustiva y siempre buscan la verdadera causa del problema más allá de lo que aparezca en esa radiografía o resonancia. Pero el problema viene cuando nos quedamos en la superficialidad de un fotograma.

A continuación vamos a explicar esta parte bien, para aclarar que no estoy en contra de las resonancias o radiografías, pero considero que no deben ser empleadas como única fuente de información para conocer qué es lo que nos está provocando nuestro dolor.

Como en anteriores entradas del blog ya hemos explicado, los seres humanos somos seres bio-psico-sociales. Es por ello, que también nuestro dolor va a estar influenciado por  estos tres componentes, es decir, la parte biológica será el responsable de un porcentaje  de nuestro dolor, pero no del 100%.

Las pruebas de imagen como sabemos son imágenes tomadas de nuestro cuerpo sin movimiento, en un determinado momento de nuestra vida; pero para encontrar la causa de nuestro dolor vamos a necesitar ver la película entera.

Además como veíamos en el título, las pruebas de imagen en un elevado número de ocasiones aumentan el dolor de las personas que se ven sometidas a ellas, tras encontrar en ellas desordenes biológicos como pueden ser protusiones, rectificaciones, desgastes articulares… Esto se debe a la influencia negativa que tiene en nuestro pensamiento dichas afirmaciones y sobre todo el querer justificar nuestro dolor.

Pero también sabemos que no por que en una prueba diagnóstica se aprecie algún desorden biológico, tiene que justificar el que nosotros estemos padeciendo algún tipo de dolor. En un estudio publicado recientemente de jugadores profesionales de voleibol de la liga americana, donde todos los participantes en el estudio eran asintomáticos, es decir, no presentaban ningún dolor ni afectación, se comprobó que el 87% de los jugadores padecía algún desorden biológico tales como desgaste articular, protusiones discales y en las ecografías realizadas se apreciaban tendones engrosados.

Con todo lo anterior expuesto, no estamos diciendo que las pruebas de imagen no se deban de utilizar, puesto que en muchas ocasiones tanto a los fisioterapeutas como a los médicos nos aportan una gran cantidad de información y nos sirven para descartar o confirmar afecciones músculo-esqueléticas como pueden ser fracturas, presencia de hernias o tumores.

La historia clínica y la historia vital de las personas es lo que realmente va a ser necesario realizar con un cuidado extremo para averiguar realmente cuál puede ser la causa que esté originando el dolor de la persona que acude a nuestras consultas. En muchas ocasiones nos encontramos personas con dolor que no tienen una explicación biológica aparente y todo viene originado por un desajuste por ejemplo hormonal, una crisis personal o un trastorno psicológico.

La prueba de imagen no debería ser nuestra prueba diagnóstica principal.

Por lo tanto bajo mi punto de vista, la prueba diagnóstica mediante imágenes no debería ser la prueba que realizaríamos de manera prioritaria para ver la causa que nos está provocando nuestro dolor.

Tenemos muchas herramientas a nuestro alcance más baratas, más fiables y más precisas para realizar diagnósticos y saber bien como es la película vital de la persona que acude a nuestra consulta y no solo guiarnos por lo que aparece en un determinado fotograma de nuestro momento vital.

Como siempre os diré, cuando me despida de vosotros,
¡Salud y Vida! 

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