Métodos de rehabilitación de la rotura del ligamento cruzado anterior.

“Los golpes me han hecho madurar, crecer, darme cuenta de la importancia de estar bien, cuidarse, valorarlo todo. Si sirven para algo que sea para sacar las cosas buenas” Sergio Canales. Una de las lesiones más graves que puede sufrir un deportista es la rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla. Suele ser una lesión que mantiene alejado de la competición a los deportistas una media de nueve meses y que en muchas ocasiones genera problemas degenerativos cuando el deportista deja el deporte a nivel profesional.

Intervención del fisioterapeuta en la rehabilitación del ligamento cruzado anterior. 

Antes de empezar a ver la rehabilitación del ligamento cruzado anterior, vamos a describir un poco cómo es este ligamento, qué movimientos limita y cuál es su mecanismo de lesión. Describiré los diferentes tipos de intervención quirúrgica y en quién está indicada. 

El ligamento cruzado anterior de la rodilla es un ligamento que está dentro de la articulación de la rodilla. Une el fémur y la tibia y se dispone desde su inserción en la parte anterior e interna de la tibia hacia arriba, hacia atrás y hacia fuera; por lo que su origen es el cóndilo externo del fémur en su parte más posterior. Es un ligamento multifibrilar, por lo tanto sus numerosas fibras entran en juego en los diferentes grados de flexión de la rodilla. Si tenemos que destacar unas funciones serán las siguientes: cuando realizamos un movimiento de flexión-extensión el ligamento se tensa y limita la hiperextensión de la rodilla. Dentro de sus funciones vamos a destacar también que evita el exceso de rotación axial de la tibia sobre el fémur y es uno de los responsables de mantener la estabilidad en varo-valgo de la articulación  Así también previene el desplazamiento hacia posterior del fémur sobre la tibia. Por lo tanto su mecanismo de lesión va a ser este: la hiperextensión de la rodilla de manera aislada o asociada a una rotación tibial y la rotación del fémur sobre una tibia fija (pie apoyado) durante un movimiento de valgo excesivo o forzado (pivote).

Dentro de las técnicas de intervención de la rotura del ligamento cruzado anterior encontramos dos propuestas. Una es optar por un tratamiento más conservador para así evitar pasar por el quirófano. Esta propuesta es recomendable en personas mayores de 50 años y que no realicen una actividad física muy exigente También se recomienda seguir un tratamiento conservador en las roturas parciales sin afectación del menisco interno de la rodilla ni de los ligamentos colaterales. Sí se opta por el tratamiento mediante una intervención quirúrgica en las roturas completas del cruzado con afectación o sin ella del menisco interno y de los ligamentos colaterales de la rodilla.

Dentro de las intervenciones quirúrgicas vamos a encontrar tres métodos de reconstruir el ligamento para su posterior injerto. La primera técnica que nombramos es la conocida como HTH, donde el cirujano va a injertar un ligamento nuevo, generado a partir de fibras de nuestro cuádriceps, a su paso por la parcial distal del fémur, tendón rotulado y la inserción de este tendón en la tibia. La segunda técnica, el cirujano va a generar un nuevo ligamento mediante las fibras musculares de inserción de los músculos recto interno, semimembranoso y semitendinoso. La tercera técnica y la más innovadora consiste en insertar al paciente un ligamento procedente de un cadáver o de un animal. La técnica empleada será valorada por el equipo de cirujanos que vayan a realizar la intervención. 

Previa a la operación vamos a poder desde la fisioterapia empezar con el proceso de recuperación. La fase pre-operatoria va a suponer que la recuperación tras la intervención sea de mejor calidad y tengamos una funcionalidad mayor. Durante esta fase 0 vamos a insistir mucho en conservar el mayor rango de movilidad articular posible. Para ellos vamos a utilizar técnicas de terapia manual, como la rotación interna de la tibia en descarga sobre el fémur, los movimientos portero-anteriores del fémur sobre la tibia, con los cuales vamos a conseguir efectos neurofisiológicos que van a hacer que la inflamación no aumente y que el dolor disminuya. Así vamos a poder trabajar la fuerza muscular de la pierna afecta, para llegar a la intervención con la mayor cantidad de masa muscular conservada. 

Para ello podemos trabajar la musculatura de la pierna en cadena cinética cerrada, para no forzar a la rodilla a un mayor estrés. Podemos realizar ejercicios de glúteos, de musculatura isquiotibial y por supuesto todo lo que podamos realizar a nivel específico de cuádriceps. 

Si el dolor o la inflamación de la rodilla afectada nos impide realizar ejercicios con esa pierna, vamos a poder trabajar la fuerza ejercitando la pierna contraria. Pues sabemos que ejercitar a nivel muscular la parte contra lateral del cuerpo tiene efectos en cuanto a mantenimiento de la masa muscular en la otra zona del cuerpo. Así también podremos efectuar lo que desde la fisioterapia se conoce como Terapia Espejo. Gracias al efecto de mirar la pierna sana en el cristal refractario de un espejo nosotros apreciamos que realizamos el movimiento con la pierna afecta. Esto genera adaptaciones a nivel cortical y supone que estemos trabajando de manera indirecta la pierna afecta. 

En esta fase 0 también va a ser importante que si podemos hacer ejercicio con la pierna lesionada, nos grabemos en vídeo o interioricemos muy bien el gesto técnico de flexión o extensión de la rodilla, para así verlo o reproducirlo en un dispositivo digital una vez hayamos salido del quirófano. Sabemos por numerosos estudios que el visualizar o imaginar un determinado gesto técnico supone generar adaptaciones a nivel cerebral y van a repercutir de manera directa en nuestra función articular y muscular. 

Desde antes de la lesión vamos a empezar a trabajar la recuperación de la lesión de cruzado anterior. 

Desde el mismo momento en el que nos confirman la rotura de nuestro ligamento cruzado anterior, vamos a poder realizar un trabajo específico de múltiples maneras para que el proceso de recuperación sea lo más completo posible. 

En la siguiente entrada del blog veremos en qué consiste el proceso de recuperación tras la intervención quirúrgica. 

Como siempre os diré, cuando me despida de vosotros,
¡Salud y Vida! 

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