Cómo debemos afrontar una rehabilitación de prótesis de cadera. Parte I.

“También yo quiero dejarte/ si pienso como se piensa./ Pero voy donde tú vas./ Tú también. Da un paso. Prueba./ Clavos de luna nos funden/ mi cintura y tus caderas.“ Federico García Lorca. 

En la nueva entrada de hoy vamos a dar los pasos claves para afrontar una rehabilitación de prótesis de cadera. Es una de las cirugías de implantación de prótesis más realizadas en nuestro país. Debemos valorarla o considerarla desde antes de la lesión y ver qué factores nos han llevado a tener que intervenir quirúrgicamente la articulación.

Qué pasos debemos seguir en la rehabilitación de una prótesis de cadera. 

En nuestro país cada vez es más frecuente realizar la cirugía de implantación de una prótesis en la articulación de la cadera. Antes de la operación debemos analizar bien cuales han sido los factores que han llevado al equipo médico o la propia persona a tomar la decisión de pasar por quirófano. 

Desde la ciencia se nos muestran muchos de los factores de riesgo para terminar pasando por el quirófano desde una temprana edad. Entre ellos encontramos el sedentarismo, actualmente la mayor parte de nuestra vida nos encontramos sentados en una silla, asiento de un coche o sofá de nuestra casa. Por lo tanto, pasamos muchas horas a lo largo de nuestra vida sin movilizar la cadera y sin ejercer una carga sobre esta articulación. Otro de los factores de riesgo es la obesidad, íntimamente ligado al anterior factor. Los índices de obesidad en España aumentan cada año y el peor dato es que los porcentajes de obesidad infantil en nuestro país cada vez son mayores, con la predisposición que ello va a suponer para tener riesgo de padecer muchas de las enfermedades que arrasan en esta sociedad actual. Otro de los factores de riesgo son los bajos niveles de fuerza en nuestra sociedad. Las recomendaciones de las organizaciones sanitarias respecto a los niveles de fuerza siguen aumentando en cuando a minutos diarios de ejercicio. El dato más preocupante es que una gran parte de la población no llega a los mínimos exigidos. Por lo tanto debemos trabajar más los ejercicios de fuerza muscular, pues nos van a ayudar a prevenir muchas de las alteraciones músculo-esqueléticas. 

Analizando los factores que han llevado a la persona a optar por ser intervenidas, debemos trabajar con ellos para hacerles ver que un cambio en su estilo de vida es fundamental tras la intervención. 

El trabajo que desde la fisioterapia vamos a realizar va a empezar desde antes de la operación. El trabajo va a consistir en tratar de tener todo el rango articular conservado, tanto de la cadera afectada como de la contra lateral. También vamos a trabajar a nivel de fortalecimiento muscular toda la región glútea, prestando gran atención al glúteo medio, así como de la musculatura del muslo, tanto parte anterior como posterior. 

Una de las particularidades de este trabajo previo a la operación va a ser preservar la zona lumbar protegida y con todo su rango articular y fuerza muscular mantenida o si puede ser aumentada. 

Como siempre hacemos en todas las rehabilitaciones pre-quirúrgicas, el trabajo de imaginería motora va a resultar beneficioso inmediatamente tras la intervención.

Una vez que la persona ha sido operada, vamos a trabajar desde los primeros momentos. El trabajo que vamos a poder realizar es el siguiente: movilización de las articulaciones periféricas (tobillo y rodilla si se puede y columna lumbar), imaginería motora (lo hemos preparado en la fase pre-quirúrgica), carga temprana siempre que el equipo que haya realizado la intervención nos lo indique. 

Con la carga temprana, vamos a conseguir que la articulación vaya consiguiendo congruencia y empezar a asentar el material de la prótesis. 

Durante esta primera fase también vamos a tomar ciertas precauciones: no flexionar la cadera a más de 90º, no cruzar la pierna afecta por encima de la otra, no realizar rotaciones forzadas de la cadera, cuidar la higiene del sueño, preferencia para dormir boca arriba, tomar conciencia de subir y bajar escaleras de la siguiente manera: para subir una escalera o un peldaño subiremos primero con la pierna no intervenida y luego igualaremos con la pierna afectada. Para bajar las escaleras, vamos a bajar primero la pierna intervenida y posteriormente igualaremos con la pierna no intervenida.

La rehabilitación temprana nos facilitará el trabajo posterior de las prótesis de cadera. 

El trabajo previo a la rehabilitación y el trabajo a la mayor brevedad tras la intervención va a resultar muy favorable para la evolución de la intervención quirúrgica. También es muy importante manejar todos los factores que han llevado a las persona a ser intervenida siempre y cuando no sea una intervención por un accidente traumático. 

Por lo tanto debemos prevenir siempre mejor que curar; y en el caso de tener que curar siempre es mejor hacerlo antes de tiempo que llegar tarde para realizar el tratamiento. 

Como siempre os diré, cuando me despida de vosotros,
¡Salud y Vida! 

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