Rehabilitación de una prótesis de cadera. De la camilla a la marcha. Parte II.

“Aprender a caminar puede parecer fácil; pero cuando nos han modificado nuestra estructura orgánica de adultos, resulta frustrante pensar en cómo tenemos que andar”. Anónimo. Saber caminar es sencillo una vez que desde pequeño hemos aprendido sin dificultades. Pero cuando sufrimos una intervención quirúrgica, nuestro organismo sufre una modificación muy grande, nuestro córtex tiene que asumir una nueva información y en el caso de una prótesis de cadera, no rechazar la implantación. 

Así pues, en el artículo de hoy vamos a ver cómo va a ser la fase específica de la rehabilitación de una prótesis de cadera. Partimos de la base de que la intervención ha sido buena y ya nos podemos poner de pie con la ayuda de dos muletas o un andador. 

El proceso de volver aprender a caminar y tener seguridad después de una prótesis de cadera. 

Como decía en la introducción nos ponemos en el siguiente punto de partida, que es donde lo había dejado en la primera parte del artículo. La operación ha salido bien, el cuerpo en las primeras horas está reaccionando bien al implante de la prótesis y el equipo médico que ha llevado a cabo la operación nos ha dado el visto bueno para comenzar lo antes posible la rehabilitación y tenemos luz verde para empezar con la carga (total o parcial) y empezar a dar los primeros pasos. 

Tras una intervención quirúrgica de este tipo, donde nos han remplazado una parte de nuestro cuerpo por una sintética, es muy importante que le transmitas la siguiente información a nuestro cerebro: todo está bajo control, no hay ninguna agresión peligrosa para nuestra supervivencia y poco a poco nos tenemos que acostumbrar o incluso diría hacernos mejores amigos del material que nos han implantado. Esta parte de transmisión de información a nuestro cerebro, no la podemos hacer leyendo un libro o escuchando una canción; debemos saber que hemos realizado un trabajo previo en la fase pro quirúrgica de grabarnos nuestra cadera en movimientos analíticos (flexión/extensión, rotaciones y separación de la cadera) y movimientos globales. Si por el dolor o las limitaciones de movimiento que sufríamos antes de la operación no hemos podido hacer esta serie de vídeos, debemos grabar en nuestro cerebro cómo se mueve nuestra pierna a nivel global y la cadera en particular.  Con esto grabado en un dispositivo electrónico o bien en nuestra cabeza, en las primeras horas vamos a visualizar esos movimientos y nos vamos a imaginar a nosotros mismo realizándolos. Vamos a mandar la información necesaria al cerebro de que de verdad queremos poner en práctica esos movimientos y además vamos a intentar activar de manera consciente nuestro sistema muscular para hacerlo. Este proceso que conocemos como imaginería motora nos va a permitir recordar la información que tenemos que mandar a nuestro cerebro para ejecutar el patrón de marcha. 

Ahora vamos a ver las diferentes etapas que vamos a ir atravesando y qué podemos hacer en cada una de ellas.

La primera etapa como ya vimos en el anterior post va a consistir en generar movilidad en las estructuras intervenidas así como en el global de la pierna. Vamos a empezar también con la carga parcial o total y empezaremos a deambular por la habitación del hospital con ayuda de dos muletas o un andador. 

La segunda etapa, cuando ya lo anterior esté consolidado, va a consistir en realizar ejercicios isométricos, es decir, en los que exista contracción muscular pero no movimiento. Los realizaremos en progresión, primero sin una resistencia externa y luego emplearemos gomas elásticas para aumentar el momento de fuerza. En esta etapa también empezaremos la reeducación de la marcha, proceso que tenemos que realizar de forma progresiva. Será importante conocer los diferentes momentos en los que transcurre el ciclo de la marcha, para así realizarlos primero de manera aislada, apoyo de talón, despegue del pie y fase de vuelo de la pierna contralateral, rodamiento del pie en el suelo y el apoyo completo, para volver a contactar con el pie de una pierna y despegar el pie de la pierna que ha realizado el apoyo. Una vez tengamos interiorizado cada momento pasaremos a integrarlos en un movimiento único. 

En la tercera etapa vamos a centrarnos en fortalecer de manera específica la musculatura implicada en la marcha, así como la musculatura estabilizadora de la cadera y la pelvis. Realizaremos ejercicios específicos de glúteo medio, el músculo estabilizador de la cadera por excelencia así como ejercicios de CORE para tener un núcleo central del cuerpo estable y fuerte que nos va a permitir no sobre demandar a la nueva estructura todo el esfuerzo.

En esta tercera fase también vamos a introducir una marcha más rápida, por terrenos inclinados, así como una marcha dando pasos laterales y hacia detrás. Debemos conseguir la mayor autonomía de la persona afectada. 

El proceso de rehabilitación tiene que ser integrador y estar centrado en la persona. 

Debemos ser conscientes de las necesidades de la persona a la que estamos tratando. Todo lo expuesto anteriormente es la recomendación general pero siempre hay que adaptarlo a lo que la persona necesite. Por ejemplo si le gusta bailar sevillanas, también introduciremos los pasos de ese baile; y si por el contrario le gusta jugar a los bolos introduciremos en la rehabilitación esos patrones de movimiento específico.

La rehabilitación siempre será personalizada y buscando satisfacer todas las necesidades de cada persona.

Como siempre os diré, cuando me despida de vosotros,
¡Salud y Vida! 

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